La salud mental de los trabajadores británicos se encuentra en un estado lamentable, según un nuevo estudio de gran envergadura. Más de tres cuartas partes de los 20.000 trabajadores de entre 16 y 64 años que participaron afirmaron haber experimentado síntomas de mala salud mental, y casi dos tercios de los que tenían problemas de salud mental consideraban que el trabajo era un factor determinante.
El estudio(pdf), publicado el 4 de octubre de 2016 por la organización benéfica Business In The Community (BITC), en colaboración con YouGov, también reveló una escandalosa falta de concienciación y capacidad de respuesta por parte de los empleadores. Más de la mitad de los empleados que revelaron sus síntomas de mala salud mental afirmaron que sus empleadores no tomaron ninguna medida. Una minoría de los directivos encuestados (22%) afirma haber recibido formación para detectar y apoyar a los empleados con dificultades, y la mayoría de los directivos (63%) afirma sentirse obligado a anteponer los intereses de su organización al bienestar de los miembros de su equipo.
Pero es evidente que se trata de una dicotomía falsa. No hace falta ser un gurú de los negocios para darse cuenta de que mantener el bienestar físico y mental de los trabajadores es un requisito previo esencial para hacer crecer una empresa sana y sostenible.
El interés comercial de invertir en un enfoque proactivo del bienestar es indiscutible. La mala salud mental es actualmente la principal causa de absentismo por enfermedad en el Reino Unido, con más de 15 millones de días de ausencia atribuidos al estrés, la ansiedad y la depresión en 2013, con un coste para la economía británica de 8.400 millones de libras. El Centro de Salud Mental también ha calculado que el presentismo, la práctica de permanecer en el trabajo más horas de las necesarias, generalmente por inseguridad laboral, cuesta a la economía británica 15.100 millones de libras al año.
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